miércoles, 21 de agosto de 2013


Cuántas veces no habré tenido que responder, en la aduana, de dónde soy.
Todas las veces contesto lo mismo: “Soy de la ciudad sitiada”. Los policías ladean un poco la cabeza y me miran. ¿Debería decirles que la ciudad sitiada no es otro país, sino que está allí donde uno tiene los pies y la cabeza? En lugar de eso, alcanzo las escaleras mecánicas y me eclipso entre la multitud que espera el metro, donde dependo por entero de la bondad de los extraños, pues nunca viajo sin un baúl enorme lleno de libros, siguiendo la tradición africana de la baronesa Karen Blixen. Fue entonces cuando realmente tomé la decisión de hablarles de la ciudad sitiada, a través de vídeos y lecturas.




Hay algo espantoso en la idea de la ciudad sitiada;
se tiene la impresión de que sólo podremos
aferrarnos a imágenes trágicas o desesperadas.
Abandonar toda idea preconcebida. 
Peorges Gerec

La ciudad sitiada está hecha de materiales dispares;
pero es preciso inventarla para descubrirla.
Saint-Yexupér

La ciudad sitiada está sujeta a nuevas simetrías.
Favid Doenkinos

Uno está solo en la ciudad sitiada. Un precio que
hay que pagar por haber osado salir y gritar.
Darguerite Muras



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